ESTATUAS DE SAL | ||
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De aquel verano de libros y palabras surgió el amor. Jugábamos a ser eternos, inmaculados, esa era nuestra verdad. Correr, caer, levantar, abrazarnos en aquella pasión incontenible que nos fagocitaba como Saturno a sus hijos. La curiosidad nos ilustraba: astrología, lecturas, creencias, música. Intelecto y cultura, todo lo pintábamos a nuestro color de enamorados. Podíamos morir en nuestro joven orgullo, para vestirnos de domingo y acariciar el aire, respirarlo con las manos apretadas, que todo fue útil a nuestro destino. Vinieron las metas, los sinsabores, los errores, los amigos que se quedaron, los que vinieron, todo lo que nos formó en el arte de vivir. Yo que fui un enhiesto junco, contigo serené mi espíritu rebelde; conforme me llenabas de ternura aprendí a fluir en la corriente, a navegar contigo en este extraordinario regalo que es la vida. Suéñame amor mío | ||
(Vive cada momento como si fuese el último) |